Una de las mayores problemáticas a las que se enfrentan las personas sordos en contextos educativos es la imposibilidad que le brinda este medio para participar y propiciar el aprendizaje nutriente, todo esto configurado desde en el uso del lenguaje en la educación.
La visión deficitaria que se tiene del sordo y de la sordera en los contextos educativos hace que estos se constituyan en aulas rehabilitadoras sin permitir la construcción de conocimientos al interior de la escuela, y tomando la Lengua de Señas (LS) como un mecanismo o metodología de enseñanza y no como un sistema lingüístico complejo, que además se deja de tener en cuenta al momento de desarrollar los currículos académicos del sistema educativo.
Otro de los mayores problemas que se encuentran en la educación es la separación y segregación del sordo en las aulas, separándolos de los oyentes y así mismo no permitiendo el intercambio cultural y el reconocimiento de las dos comunidades.
Teniendo en cuenta que la Lengua de señas y el español poseen sus propias características lingüísticas y sintácticas, el gran choque que se genera en el sordo que ingresa a un aula regular es la adquisición y el desarrollo del español en su forma escrita, esto se debe a que la forma del lenguaje de signos es estructuralmente diferente de la del lenguaje oral. Lo que sugiere Herrera (1) en su investigación es: “Los estudiantes sordos tienen la habilidad de capitalizar la relación entre las formas de la mano, queiremas y los grafemas. Sin embargo, dicha relación no se aprende de forma espontánea y debe ser enseñada.”
(1) Herrera, Valeria. Revista Estudios Pedagogicos (2005) 31, Nº2 pag. 121-135. Habilidad Lingüístca y fracaso lector en los estudiantes sordos.
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